Anegado

2.6.17



Hay quien nada entre dos aguas y, en consecuencia, se ahoga dos veces.



Virtualidad

1.6.17



La sencillez es el vicio de los humildes.



Complejo

31.5.17



La mayor sofisticación se alcanza desde la sencillez.



Ingeniería interior

30.5.17



Quien con mayor sencillez actúa es quien alcanza un mayor grado de complejidad.






Delusión

29.5.17



Existir es atravesar un desierto lleno de espejismos que terminan por ser verdaderos.



Petulante

28.5.17



Llevaba gafas ahumadas desde supo que todo en la vida es según el color del cristal con que se mire.



Trófica

27.5.17



Si en el reino animal es comer o ser comido; en el mundo cultural es leer o ser leído.



Falsificación

26.5.17



La realidad siempre es manipulada a través de las palabras.



Estimas

25.5.17



El apego es el agrimensor que topografía el territorio del corazón.



Adeudo

24.5.17



En este mundo se es muy poca cosa con ser tan sólo uno mismo. Algo que, realmente, más tarde o más temprano, nos pasa factura.



Patógenos

23.5.17



La envidia es la sarna del alma.




Risotada

22.5.17



Quien ríe solo espera saber reírse de sí mismo algún día.



Copión

21.5.17



Lo sospechaba pero hasta aquella noche, mientras escribía el último capítulo, no supo que lo que había hecho era plagiar toda su vida.



Enojados

20.5.17



La cólera gratifica la inteligencia de los necios.




Consejos

19.5.17



Cuando alguien te demanda un juicio piensa en la complacencia, nunca en la reprobación.



Desintoxicación

18.5.17



La escritura produce una función depurativa que elimina las toxinas del pensamiento.



Augur

17.5.17



El problema de pronosticar el futuro es que caemos en nuestra propia miopía.



Los sordos de la Historia

16.5.17



Cuando alguien afirma que, para la convivencia, es necesario aprender a oír cosas que no gustan, pienso que los más peligrosos son quienes solo han escuchado su propio adoctrinamiento.



Práctica

15.5.17



Escribir es, en esencia, un ejercicio de libertad.




Beodo

14.5.17



En aquella librería servían unos libros deliciosos y siempre lo invitaban a unas rondas de textos, así que cada noche volvía a casa borracho de letras. Menos en una ocasión cuando lo detuvo una pareja de críticos literarios y le hizo un control de novelas. El resultado que dio fue un porcentaje de best seller por encima de lo permitido. Un filólogo le retiró el carné de la biblioteca pública y lo condenó a leer a los clásicos de nuevo.