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Taller
3.3.20
Llevaba tiempo observando, al pasar por el estudio de pintura cuyas cristaleras ofrecían una completa visión de lo que ocurría en su interior, a una señora que pintaba un paisaje. Siempre era una imagen similar a la anterior porque tras acabar el cuadro, la pintora lo borraba para comenzar otro boceto.
Intrigado, mi curiosidad me llevó a preguntar por tan insólita actuación. La mujer con complacencia me descubrió: «Lo hago para satisfacerme a mí misma sin otra trascendencia más allá del placer de crear arte».
Me quedé pensativo sobre lo que me expuso y deduje que la creatividad se encierra en un primer y único ciclo donde vive el artista que muere con cada obra ejecutada, dueño de borrar su producto.
Escribiré entonces para mí, aunque no lo desescriba luego.
Etiquetas: crear, escribir, historias, personajes, pintar
Artes
17.10.19
Al pasar por un estudio de pintura el cuadro que exponía su interior me detuvo. Obras a medio acabar, manchas de color, esbozos a carboncillo, modelos en escayola de la mutilada Venus de Milo, y un niño con su bata blanca vivificando un paisaje sobre el lienzo.
De repente me invadió una emoción semejante a la que con doce años se apoderó de mí al lograr mis primeras creaciones en barro o en papel, tras ingresar en la Escuela de Artes. Fueron años donde compatibilicé el gusto por el arte con los estudios de Bachillerato, alimentando la observación del color y las formas del mundo, cultivando la imaginación, delineando ideas sobre las mesas de dibujo, modelando mi mente.
En ese proceso hubo una renuncia a la que me forzaron mis padres, la de apuntarme a un equipo de fútbol como la mayoría de mis amigos. Tras la Universidad volví a jugar con ellos al balón y a disfrutar de muchas tardes de sábado en amistad, en plenitud física y en gozo lúdico.
Ahora, en esta sociedad vigoréxica e híper competitiva, lo normal es federar a los niños desde pequeños en algún deporte de competición, abandonando cualquier cultivo de la sensibilidad y gusto por disciplinas artísticas, lo cual pinta un cuadro demoledor.
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