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Conversación en el sótano

2.6.15



—Pienso que no he venido vestido para la ocasión. Debería haber venido en pijama señor Freud. 
—Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.
—Lo que ocurre es que uno está bien educado y tiene un gran sustrato cultural.
—El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización.
—Y luego está eso de los afectos, que terminan por liarlo a uno.
—El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo.
—Y está el deseo…
—En todo ser humano hay deseos que no querría comunicar a otros, y deseos que no quiere confesarse a sí mismo.
—Y que es lo mejor.
—Lo mejor es enemigo de lo bueno.
—¿Y el progreso no?
—¡Menudo progreso hemos logrado! En la Edad Media, me hubieran quemado. Ahora les basta con quemar mis libros.
—Son muchos los que dicen que por la fe este mundo es más habitable.
—Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista.
—Habla usted como un sabio.
—Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.
—No se tome tan en serio lo que le digo.
—Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad.
—¿Qué quedará de nosotros?
—Nos moriremos todos, pero nuestras obras permanecerán.