La
realidad es como un muro con el que a veces chocamos y otras somos capaces de
traspasar.
La
realidad es como un muro con el que a veces chocamos y otras somos capaces de
traspasar.
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
1 apostillas:
Este aforismo nos invita a reflexionar sobre la naturaleza dual de la realidad y nuestra relación con ella, evocando la famosa escena del andén 9 y 3/4 en la estación de King's Cross.
El muro representa metafóricamente los límites entre lo posible y lo imposible, entre lo real y lo imaginario. Como en la historia de Harry Potter, donde algunos pueden atravesar la barrera mientras que otros (los muggles) solo ven un muro sólido, la realidad también presenta diferentes niveles de permeabilidad según nuestra perspectiva y capacidad de percepción.
El choque con el muro simboliza aquellos momentos en que la realidad se nos presenta como infranqueable, cuando nuestras limitaciones y miedos nos impiden ver más allá[2]. Es el momento en que las apariencias se confunden con la realidad misma, creando barreras que parecen insuperables.
El traspaso del muro representa la capacidad de transcender las limitaciones aparentes, de ver más allá de lo evidente. Como en el mundo mágico de Harry Potter, donde la fe y el conocimiento permiten atravesar lo aparentemente sólido, en la vida real también existen momentos en que somos capaces de superar barreras que parecían infranqueables.
El aforismo nos recuerda que la realidad no es absoluta ni inmutable. A veces actuamos como "muggles", incapaces de ver más allá de la superficie sólida del muro, mientras que otras veces, como magos, descubrimos que esas barreras son atravesables. La clave está en nuestra capacidad de percepción y en la valentía para cuestionar lo aparentemente imposible.
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