Favorecidos

24.1.25

 

Soy un ser afortunado: puedo caminar, reír, sentir la brisa del mar y el calor de la luz, hablar y ser escuchado, amar y ser amado...



4 apostillas:

María dijo...

Es verdad , tú y todos los q podemos disfrutar de todo eso, lo somos , gracias por recordármelo: )
Un beso !

Joselu dijo...

Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
… Todo el mundo cuenta sus penas
Pidiendo la comprensión
Quien cuenta sus alegrías
No comprende al que sufrió

… Señor de los espacios infinitos
Tu que tienes la paz entre las manos
Derrámala Señor te lo suplico
Y enséñales a amar a mis hermanos
… Enséñales lo bello de la vida
Y a ser consuelo en todas las heridas
… Y amar con blanco amor toda la tierra
Y buscar siempre la paz, Señor
Y odiar la guerra
… Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
… De lo que pasa en el mundo
Por Dios que no entiendo na'
El cardo siempre gritando
Y la flor siempre callá
… Que grite la flor
Y que se calle el cardo
Y todo aquel que sea mi enemigo
Que sea mi hermano
… Sigamos por esa senda
A ver que luz encontramos
Esa luz que esta en la tierra
Y que nosotros apagamos
… Señor de los espacios infinitos
Tu que tienes la paz entre las manos
Derrámala Señor te lo suplico
Y enséñales a amar a mis hermanos
Derrámala Señor te lo suplico
Y enséñales a amar a mis hermanos
… Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color
Todo es de color

Lole y Manuel

Anónimo dijo...

Este aforismo nos invita a detenernos un momento y maravillarnos con las cosas esenciales de la vida. En pocas palabras, logra transmitir gratitud y asombro por esas experiencias cotidianas que muchas veces damos por sentadas.

El tono es cálido, reflexivo y lleno de agradecimiento. Nos muestra cómo el hablante percibe lo cotidiano —caminar, reír, amar— como algo extraordinario, algo digno de ser celebrado. Nos recuerda, casi sin decirlo, que estas vivencias son un privilegio que no todos tienen. Es como si en silencio susurrara: "No olvides que no todos pueden sentir la brisa del mar, la calidez de la luz o el amor de alguien."

El mensaje que nos deja es claro: la verdadera riqueza no está en lo que poseemos, sino en lo que podemos experimentar, en esas pequeñas grandes cosas que nos hacen humanos. Nos anima a cambiar nuestra perspectiva, a dejar de fijarnos tanto en lo que nos falta y a agradecer lo que ya está en nuestras vidas.

Este aforismo es un recordatorio valioso: la felicidad no siempre viene de momentos espectaculares, sino de aprender a encontrar motivos para sentirnos afortunados incluso en la rutina. Nos enseña que en cada día hay algo por lo que dar gracias, algo que hace que la vida valga la pena.

Joselu dijo...

¡Qué increíble! La vida es más que brisa y amor. ¡Viva la rutina!