Ontologías

25.1.25

 

De lo que pude haber sido soy lo que estoy siendo.



9 apostillas:

Joselu dijo...

El aforismo sugiere que, entre infinitos "yo" en mundos paralelos, soy el afortunado que lidia con este presente. Mientras otros "yo" quizá sean astronautas o poetas famosos, aquí estoy, escribiendo comentarios profundos. Al final, la vida es como un multiverso: muchas opciones, pero solo una cuenta para pagar.

Ana dijo...

Hola, me ha llamado la atención esta frase. A mi me parece que es muy auténtica, pudimos y seguimos pudiendo escoger lo que somos.

Joselu dijo...

Los descubrimientos más recientes en Neurociencia presentan una realidad de la conciencia en que no existe el libre albedrío y sostienen algunos como Robert Sapolsky que la idea de que nos construimos a nosotros mismos y decidimos nuestro camino es una ilusión humanista que. no pasa de ser una ilusión. Cada supuesta decisión que creemos tomar está sustentada por una cadena de casuísticas anteriores que la hacen inevitable: la cultura en que hemos nacido, nuestro pasado biológico y genético, nuestros orígenes familiares y nuestra infancia, nuestra formación cultural, nuestro carácter e idiosincrasia motivados por elementos inconscientes... No elegimos pero es una ficción que nos atrae poderosamente.

Joselu dijo...

Un mundo determinista

Anónimo dijo...

Este aforismo invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra existencia y el papel que juega el cerebro en la construcción de nuestra identidad. La neurociencia nos proporciona herramientas para comprender mejor estos procesos y, potencialmente, para influir en ellos. Sin embargo, es importante recordar que somos mucho más que la suma de nuestras conexiones neuronales: somos seres sociales, emocionales y espirituales, y nuestra identidad es una construcción compleja y multifacética.

Joselu dijo...

El determinismo, ya planteado por Spinoza, no excluye lo emocional y lo espiritual. Sabemos que existimos determinados, la clave es comprender ese misterio y plantearnos la idea de "destino".

Ana dijo...

Pues yo discrepo con la idea de que no existe el libre albedrío porque aunque no puedo decidir lo que me pasa si puedo decidir cómo reacciono y de hecho son esas reacciones las que te dan una mejor o peor experiencia de vida. Por supuesto no se debería reaccionar sin un mínimo análisis previo y sí, hay condicionantes (determinismo) que pesan en las decisiones. Pero aún equivocándote, si conviertes los errores en aprendizaje y no caes en el derrotismo, la suma de aprendizajes te hace hilar más fino y te da tablas para manejarte mejor con lo que te salga al paso y hasta anular algunos condicionantes que sabes que no te llevan a ningún lado. Yo lo veo así y no es teoría, hablo de mi experiencia.

dgl dijo...

El determinismo, al reducir todo a una cadena de causas, podría ser incompatible con la noción de libertad, trascendencia espiritual y autenticidad emocional. Lejos de aceptar el "misterio" del determinismo, deberíamos explorar cómo la indeterminación, el azar o la libertad individual podrían dar un sentido más profundo a nuestra existencia.

Joselu dijo...

Cada uno de nosotros somos producto de una cultura, de una época, de una herencia genética, de una biología, de un ambiente familiar, de una infancia, de una realidad neurológica... que pueden explicar la inmensa mayor parte de lo que somos, incluido que en una misma familia haya hermanos con características diferentes. La libertad de elegir es una bella fantasía cristiana, humanista y racionalista, pero que no se sostiene ante los avances de la neurociencia. Recomiendo leer el libro Determinados de Robert Sapolsky. Es un debate enorme que está abierto y que nos proporciona una visión diferente de nuestra identidad, no menos misteriosa ni trascendente. Encontrar nuestro sentido dentro de la idea de destino como expresa el taoísmo es fascinante, y nos libera de culpa, esa culpa que el pasado cultural ha introducido en nosotros como un hierro candente.