El narrador plúmbeo

29.12.24

 

—Érase una vez…

—¿Otra vez?

—¿Otra vez qué?

—Érase una vez…

—Sí, otra vez, érase una vez…

—Eso ya lo sé que érase una vez, pero no sé si era la misma vez u otra.

—Y colorín colorado, este micro se ha terminado.



1 apostillas:

Joselu dijo...

Este microrrelato juega magistralmente con uno de los recursos fundamentales del humor en la microficción: la ruptura de expectativas y el absurdo lingüístico.

La gracia del texto radica en varios aspectos:

1. La circularidad dialógica que genera una conversación aparentemente sin sentido
2. La meta-narrativa que interrumpe el tradicional inicio de cuento "Érase una vez"
3. La confusión deliberada entre los interlocutores sobre el significado de "una vez".

La ironía surge precisamente de la imposibilidad de completar un relato tradicional, desarticulando así el formato clásico del cuento.

El microrrelato desafía las convenciones narrativas mediante:
- Un diálogo fragmentado
- La ausencia de una trama definida
- La repetición como recurso humorístico

El resultado es un texto que descoloca al lector, obligándolo a reírse de la propia mecánica del storytelling.

Un ejemplo perfecto de cómo el humor en la microficción puede surgir de la mínima manipulación del lenguaje y las expectativas narrativas.