Faena

19.3.23

 

Al sacar el ataúd del coche fúnebre una mujer gritó: «¡A hombros! ¡Que lo lleven a hombros!». Cinco hombres cargaron con el féretro y algunas miradas, en aquel momento, se dirigieron hacia él, cuya presencia era circunstancial tras detener su paso por respeto en el encuentro con el grupo de acompañantes del entierro. Entendió que se trataba de un deber cívico ayudar en la carga del finado mientras recordaba ese pasaje de los evangelios que menciona el reclutamiento de un campesino que, cuando volvía de su trabajo, se cruzó con unos condenados que caminaban hacia su crucifixión, y fue obligado a cargar con una gran cruz sin beberlo ni comerlo.

El compañero con el que se emparejó para llevar la caja al ser de menor altura que la suya, le provocaba un desollamiento en su hombro tras cada traqueteo, mientras que los pies de quien le seguía en la fila le pisaba los talones. «Estas cosas deberían tener un ensayo previo», pensó gritar en medio del silencio solo interrumpido por algunos sollozos de los familiares.

Para más inri, el plano inclinado del cajón hacía que cada giro hacia la derecha dentro del camposanto, provocara un desplazamiento del cadáver hacia su lado, golpeando la madera con tal sensación que sentía como si llevara al fallecido sobre sus espaldas. Ahora entendía aquello de pesas más que un muerto que le decían siendo un niño crecidito.

La situación empeoró cuando hubo de bajar una rampa bastante inclinada con un giro hacia la izquierda hasta llegar a un nuevo patio del cementerio. Recordó, en ese momento, la cita de esa tarde con unos amigos, algo que le alivió de su pesada carga.

Apretó los dientes antes de enfilar un ligero repecho y por fin pudo divisar la sepultura donde un operario preparaba los materiales para sellar el nicho. En ese instante los presentes comenzaron a tocar las palmas. Entendió que era una ovación al esfuerzo realizado y apenas se desprendió de su misión de cargador, comenzó a hacer genuflexiones ante el público asistente.




2 apostillas:

francisco m. ortega dijo...

faena
Del cat. ant. faena, hoy feina 'cosa que se ha de hacer'.

1. f. Trabajo corporal.

2. f. Trabajo mental.

3. f. quehacer. U. m. en pl.

4. f. Acción y efecto de faenar (‖ matar reses).

5. f. Mala pasada.

6. f. Servicio que se hace a alguien.

7. f. Taurom. En el campo, cada una de las operaciones que se verifican con el toro.

8. f. Taurom. En la plaza, cada una de las operaciones que efectúa el diestro durante la lidia, y principalmente la brega con la muleta, preliminar de la estocada.

9. f. Guat. Trabajo que se hace en una hacienda en horas extraordinarias.

Albada Dos dijo...

Jolines, ni muertos dejamos de dar trabajo. Un abrazo