Colisiones

21.6.22



Me sorprende la satisfacción con que recibo la aprobación de algo escrito por mí. Después siento la desazón por no haber provocado otro tipo de reacción como perplejidad o asombro, contrariedad o desconcierto y, sobre todo, desacuerdo. Nada nuevo nace sin que muera lo anterior. 



3 apostillas:

Joselu dijo...

Es difícil estar en desacuerdo con un texto que propugna el desacuerdo como reacción ante la lectura del mismo, pero eso es un ejercicio dialéctico que me supera. Recapitulemos: el autor en la sombra anhela -además de la aprobación- el desacuerdo, algo así como el "no", pero no puedo satisfacerle porque si le doy la razón no cumplo con el objetivo de estar en desacuerdo, como él querría y yo también, pero si niego y digo que estoy en desacuerdo con lo que desea que es que se esté en desacuerdo, entro en un problema lógico inabordable. Solo Gorgias sabría encontrar una salida a este entuerto.

Juan Poz dijo...

Si es que no estamos nunca satisfechos con "na"... Siempre tengo en la memoria un estudio que nunca he leído, pero cuyo título nunca he olvidado: "Wenceslao Fernández Flórez o la insatisfacción"...

Bubo dijo...

Intento obligarme a que me de igual. Para fuera parece que cuela, para dentro, me descojono de lo falso que me siento