Amolador

22.3.21



Miraba distraído, siendo un chiquillo las chispas que desprendía el disco de esmeril cada vez que el afilador acercaba el metal a la piedra. En ese momento un avión de propulsión a chorro pasó, partiendo el cielo, sobre nuestras cabezas. Entonces fue cuando escuché aquella sentencia del afilador mientras alzaba la vista y miraba la aeronave: «lo que hacemos los mecánicos». Después agachó la cabeza y continuó amolando el cuchillo como si nada.



2 apostillas:

Albada Dos dijo...

Para algo servía el oficio, eso seguro, quedaría la hoja como de bisturí

Un abrazo

Joselu dijo...

En el origen de los tiempos tenía razón el amolador, la técnica del hierro fue un hito para la humanidad. En mi casa hay cuchillos de hierro gallegos -que se oxidan- y no me cabe la menor duda de que son los mejores aunque son muy difíciles de conseguir, ya no hay herreros que los fabriquen.