Acuarela
30.8.20
Todas las noches la mujer china fríe rollitos de primavera. En verano, en otoño, en invierno y también en primavera. Los fríe con el delicado afán de alimentar a su prole. La escucho en la cocina hablar en una lengua milenaria que produce en mi mente un cierto entusiasmo, imaginando un paisaje de ojos rasgados y siluetas tenues de mujeres chinas. La mujer desenrolla el mantel de la vida en común y sirve su entrega en platos de porcelana china. Su ambición vital es secuestrada por momentos deletéreos y fugaces que van borrando, día tras día, la tinta de su dibujo. Todas las noches la historia se repite irreal y en la mañana la mujer desaparece.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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3 apostillas:
Listo, ya tenemos la línea argumental para una serie de películas de terror al estilo de "The Ring", registralo o alguien mas lo va a hacer...
Saludos,
J.
Todo lo que tenga que ver con rollitos de primavera me gusta, lo que daría por comer uno este mediodía. Lástima que hayan desaparecido los restaurantes chinos sustituidos por japoneses llevados por chinos. Un buen relato dominical.
Me encantaria alguien asi solo de noche
silencio en la mañana
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