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9.2.14
Su pesadilla era siempre la misma. Se soñaba en un mundo real.
Etiquetas: cuentos diminutos
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Etiquetas: cuentos diminutos
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
5 apostillas:
No sabes cuánto lo entiendo.
Su salvación no estaba en despertar, sino en soñar que se dormía.
Que, a su vez, era el mundo desde el que se echaba a dormir ese sueño que lo devolvía, rodando la piedra, al absurdo sisífico de la pesadilla circular borgiana.
Excelente cuento, capaz de sugerir, en una línea, la existencia ignota de una alterrealidad que pica mucho la curiosidad, ciertamente.
Una frase que encierra tanto significado...
un abrazo.
Muy platónico.
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