Era absurdo pero todos abandonaban la ciudad al llegar el verano. Únicamente quedaba un solo habitante, al acecho, para que no desapareciera.
El vigilante
16.8.11
Era absurdo pero todos abandonaban la ciudad al llegar el verano. Únicamente quedaba un solo habitante, al acecho, para que no desapareciera.
Etiquetas: anticuentos verano, cuentos diminutos
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3 apostillas:
Un habitante de apellido Rodríguez :D
Saludos.
¡Cómo me gustaba quedarme en la ciudad leyendo Moby Dick cuando todos se marchaban! Y luego en otoño, marcharme lejos, muy lejos... mientras todos trabajaban. Ahora soy más clásico, sólo un poquito. Saludos desde Galicia.
A mi me gusta ser ese unico habitante que no desaparece cuando todos se han ido :)
Un saludo !
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