Paladar quemado

27.2.11



Atravesó la pared y, sin decir nada, se sentó a la mesa como uno más. Ningún comensal le advirtió que la sopa estaba muy caliente.


3 apostillas:

Nebroa dijo...

Un día daré rienda suelta a mi imaginación... Y crearé espacios tan bonitos como los que tú creas en dos líneas. Un día! O no!

Juan Poz dijo...

¡Cuanto de haikú tiene este microrrelato! Resuena en él el eco poderoso de Monterroso, que un genio del relato. Enhorabuena.

Maria Coca dijo...

No hacen falta más palabras.

Fascinante micro...