Uno de los hitos de mi infancia fue aprender a nadar. Aquella emoción de adentrarme en el mar sin flotador permanece inalterable. No hacer pie y nadar.
Igual ocurre con la conciencia humana que, desprendida de ese chaleco salvavidas de misticidades y moralinas, se aventura a nadar en la nada de la existencia hasta disolverse en ella.
2 apostillas:
Es mucho más fácil aprender a nadar que dejar de buscar un sentido a nuestra existencia. Esto sería como aprender a volar. :-)
Un beso.
LIA
"Pienso que sostener sus metiras 20 siglos tiene mérito. Mantener su impiedad todo ese tiempo, es un fracaso de lo humano. Pero el conocimiento acabará con ellos."
tio,has definido lo q a mi me cuesta expresar en ese texto.No puedo estar mas deacuerdo
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