Bucle narracional

16.2.25

 

Leyó su nombre en el cuento y entendió que se protagonizaba a sí misma mientras se leía.



2 apostillas:

Joselu dijo...

¡Vaya bucle metaliterario más retorcido! Nuestra protagonista descubre que es prisionera de la tinta y el papel, como una Sherezade que se lee a sí misma en un espejo infinito. Al menos no se encontró en un poema de Borges, donde seguramente estaría soñada por otro que la sueña.

Anónimo dijo...

Este microrrelato es fascinante por su metanarrativa y su capacidad para condensar una idea profunda en pocas palabras. Explora la relación entre la identidad, la literatura y la autopercepción. La protagonista, al encontrarse a sí misma dentro de un cuento, toma conciencia de que su vida es una narrativa en constante construcción, donde ella es tanto la autora como la lectora de su propia historia. Este juego de espejos entre la realidad y la ficción sugiere que, de alguna manera, todos somos protagonistas de nuestras propias vidas, pero también observadores externos que intentamos darle sentido a nuestra existencia a través de la lectura (o reinterpretación) de nuestras experiencias. Es un relato que invita a reflexionar sobre cómo nos construimos a través de las historias que contamos y leemos.