Dispensas

24.7.15



El sofista y poeta griego Diágoras el Ateo, planteaba que «si la inmoralidad puede permanecer impune, ¿para qué creer en dioses que velan la virtud humana?». Cierto, que un ser creado por el hombre a la imagen y semejanza de sus anhelos, quede sin sanción por tener una cualidad contraria a algo tan irrebatible como la muerte, es decepcionante. Esa propiedad inasible tendría que estar abolida.



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