Moribundas palabras
31.5.13
El poeta Licimnio de Quíos quien defendió que la belleza de las palabras residía en su sonido o en su dicción poética, donde rebosaban las metáforas, claudicó en estos versos: «que el silencio me cubra cual sudario y besados sean mis labios por las mudas palabras». Es en la afonía de la palabra muerta donde reposa su belleza perdida.
Etiquetas: Licimnio de Quíos, personajes
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2 apostillas:
Por eso los diccionarios son mausoleos por donde uno -yo- se pasea leyendo con infinito amor las lápidas que son a su vez epitafios.
Es que el silencio es el grado extremo de la literatura.
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