Moribundas palabras

31.5.13



El poeta Licimnio de Quíos quien defendió que la belleza de las palabras residía en su sonido o en su dicción poética, donde rebosaban las metáforas, claudicó en estos versos: «que el silencio me cubra cual sudario y besados sean mis labios por las mudas palabras». Es en la afonía de la palabra muerta donde reposa su belleza perdida.



2 apostillas:

Juan Poz dijo...

Por eso los diccionarios son mausoleos por donde uno -yo- se pasea leyendo con infinito amor las lápidas que son a su vez epitafios.

Joselu dijo...

Es que el silencio es el grado extremo de la literatura.