Populoso

25.11.11




Siagro, antiguo vate, defendió: «vivamos en el ágora del corazón.» La suya fue una revelación del habla pública del sentimiento para acallar a quienes le condenaron el lirismo de la libertad de amar.





15-M La política está en la calle »

«Lo que más indigna al charlatán es alguien silencioso y digno.» Juan Ramón Jiménez, poeta

1 apostillas:

Juan Poz dijo...

Excelente imagen. Rubén Darío también hablo de la "plural" historia de su corazón. Sí, hacer un ágora del corazón es ensancharnos y dar cabida al otro para que se pasee por él y, acaso, nos deje una emoción o un conocimiento, y, de paso, hasta puede que se nos lleve la desazón o el resentimiento. Es higiénico, desde luego, volverse ágora.