La misión del escritor agonizante es destruir la escritura, agotarla hasta que desaparezca. Su épica es el drama mismo de lo escrito.
15-M:« De la revolución del placer, al placer de la revolución»
Werner Heisenberg: «El mundo será lo que la juventud quiera; si esta ama la verdad y el bien, eso habrá en el mundo.»
3 apostillas:
Qué genial!
Y esa misión sigue en transición, como no se consigue no se detiene.
Saludos Francisco
No "Destruir la escritura", sino "destruirse en la escritura". O, si se prefiere, "deconstruirse".
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