El novelista, historiador y periodista estadounidense Henry Brooks Adams defendió que «un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia.» La persistencia de lo aprendido es un camino con un punto de fuga en el infinito.
15-M:« Por favor, sonría, está cayendo en el sistema »
3 apostillas:
Para la eternidad, contra la adversidad y despreciando la ingratitud social. La institución docente permanece, pero los profesores un buen dia dejan de estar en las aulas y se convierten en una sombra espesísima. ¡País miserable, este, que no honra a quienes educan a las generaciones! He asistido a no pocos homenajes de jubilación que los profesores que continúan en la batalla les hacen a los que se van: es lo mas parecido a un funeral. Doy fe.
¡Qué despistado! Ahora me fijo en la dedicatoria... Muchas gracias, Francisco. Esa indeterminación, esa ausencia, en realidad, es lo único que alimenta nuestra labor. Sería injusto si no reconociera que tenemos muchas recompensas inmediatas en el afecto y el agradecimiento de algunos de nuestros alumnos; pero socialmente casi puede decirse que estamos apestados. Debería formarse algo así como un cuerpo de profesores eméritos, una instancia de consulta para las autoridades y un apoyo para los profesores jóvenes. Se desperdicia mucho talento en este país.(Me excluyo de la última afirmación porque yo soy un quintacolumnista del fraude, la desidia, el absentismo y el escaqueísmo...)
Ahora igual hasta los limitan con el examen éste del MIR así que cuidadito.
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