El escritor bizantino Ioannes Tzetzes, sumido en una etapa de privación, declaró: «para mí, mi biblioteca es mi cabeza. Dada la gran penuria en que estamos, no tenemos libros en casa. Así, no puedo nombrar exactamente al autor.» Si el erudito levantara la cabeza y viera que estamos rodeados de ordenadoras cuya memoria es imborrable, no dejaría de sorprenderse. Precursor del personaje borgiano, Funes el memorioso, sus conocimientos le llevaron a proclamar: «Dios no ha creado nunca y nunca creará un hombre que tenga una memoria semejante a la de Tzetzes.» Es cierto que como su cabeza ninguna, lo que no le evitó que por citar de memoria cometiera errores monumentales.
Memorias
28.1.11
El escritor bizantino Ioannes Tzetzes, sumido en una etapa de privación, declaró: «para mí, mi biblioteca es mi cabeza. Dada la gran penuria en que estamos, no tenemos libros en casa. Así, no puedo nombrar exactamente al autor.» Si el erudito levantara la cabeza y viera que estamos rodeados de ordenadoras cuya memoria es imborrable, no dejaría de sorprenderse. Precursor del personaje borgiano, Funes el memorioso, sus conocimientos le llevaron a proclamar: «Dios no ha creado nunca y nunca creará un hombre que tenga una memoria semejante a la de Tzetzes.» Es cierto que como su cabeza ninguna, lo que no le evitó que por citar de memoria cometiera errores monumentales.
Etiquetas: Ioannes Tzetzes, memoria
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 apostillas:
Precursor, también, de esa bellísima idea de Braqdbury en Fahrenheit 451: los hombres-libro.
Publicar un comentario