Juicio

30.1.11



Mamá no tuvo la culpa de echar al bebé en la lavadora, junto con la ropa de la colada. Fueron los nervios y por eso el juez la condenó a una calma perpetua.



2 apostillas:

Maria Coca dijo...

Un relato tragicómico. Fuerte, dramático y con un punto de ironía. Muy bueno...

Karma dijo...

¿Se encogió el niño?