Preguntado Bión de Borístenes sobre quién era el más desgraciado de todos los hombres, el filósofo antiguo confesó: «El que con más anhelo desea ser feliz.» Lo sabía bien quien abrazó el cinismo y caminó por la tierra con un manto, un saco y un báculo.
Desempeño
10.12.10
Preguntado Bión de Borístenes sobre quién era el más desgraciado de todos los hombres, el filósofo antiguo confesó: «El que con más anhelo desea ser feliz.» Lo sabía bien quien abrazó el cinismo y caminó por la tierra con un manto, un saco y un báculo.
Otros apotegmas de Bión:
«Uno de los mayores males es no poder sufrir el mal.»
«Vale más dar de su propio bien que codiciar el ajeno, porque con pocos bienes puede un hombre ser feliz, más no puede serlo con muchos deseos. La temeridad es para los jóvenes, y la prudencia para los viejos.»
«No merece el nombre de filósofo sino el que recibe las injurias con tanta serenidad como los cumplimientos.
«La prudencia es con respecto a las otras virtudes, lo que la vista con respecto a los otros sentidos.»
«La impiedad es una compañía incómoda para la conciencia, porque es imposible que el hombre hable con serenidad cuando la conciencia le acusa, y cuando sabe que ha merecido la cólera de los dioses.»
«El camino de los infiernos es muy llano, puesto que se puede andar por él con los ojos vendados.»
«Los que se entretienen en cuestiones inútiles, que sólo pueden satisfacer una vana curiosidad, y no pueden elevarse hasta la filosofía, son como los amantes de Penélope, que hacían la corte a las criadas, cuando no podían hacérsela al ama.»
Etiquetas: Bión de Borístenes, cinismo, feliz
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3 apostillas:
Me intrigan varias cuestiones respecto a los cínicos. No sé si me gustan tanto por ser relegados, marginales diría Cioran, parias cuya continuidad en la tradición filosófica no tuvo la proporción de otras escuelas. Creo que no es por eso, sino entre otras cosas porque su propuesta es muy distinta al lujo, y, de paso, se opone al lujo en la tierra, pues no hay otro. Ganaron las religiones arriba o el lujo abajo, y no el desprendimiento. Me gustaría viajar a zonas budistas para ver si el desprendimiento propuesto por ellos es efectivamente practicado, y qué posibilidades hay de practicarlo sin pasarse veinte mil horas postrado meditando. Eso en cuanto a la suerte de su influencia posterior...
Tengo otro asunto también. ¿Habrá sido ciertamente verdadera la anécdota del córrete que me tapas el sol? Por más sugerentes que sean las biografías antiguas para las lecturas alegóricas, en caso de que efectivamente hubiera sido así, ¿el sol no tendrá que ver en todo esto? En un día nublado, triste, lluvioso, melancólico por autonomasia, ¿qué pasaría? No por nada los momentos de flaqueza anímica son los más fértiles para la cosecha de fieles a las religiones.
Sigo con mi báculo a preparar un examen al sol.
Saludos después de bastante tiempo sin comentar!
La felicidad es un concepto que debería remitir, exclusivamente, a la canción de Palito Ortega, para avergonzarnos de que esa palabra haya, acaso, movido alguna vez nuestros afanes, siendo su ser de sombra y su fama de humo.
«La prudencia es con respecto a las otras virtudes, lo que la vista con respecto a los otros sentidos.»
Señor Poz, prudencia con el humor negro, que hay niños mirando. :)
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