En la tela de araña
18.9.25
Vivimos atrapados en hilos que apenas percibimos. No son cadenas pesadas ni muros de piedra: son finos filamentos que nos sujetan y nos condicionan. Rutinas, compromisos, expectativas, exigencias internas y externas. Caminamos dentro de esa red creyendo que es la única manera posible de habitar el mundo.
El filósofo Byung-Chul Han ha descrito con lucidez esta trampa invisible. Según él, la sociedad actual no nos oprime con prohibiciones, sino con una aparente libertad que esconde la autoexplotación. Ya no es el amo quien impone la carga, sino que cada cual se convierte en su propio vigilante, atrapado en el deber de rendir, producir y mostrarse siempre disponible. La tela de araña, en este sentido, no está fuera de nosotros: la llevamos dentro.
Sin embargo, existen grietas luminosas por donde echar a volar. Ese vuelo no significa negar nuestras circunstancias, sino suspenderlas por un instante. Puede ser el tiempo de la contemplación, la pausa silenciosa, el juego sin propósito, la creatividad libre de objetivos. Han lo llamaría una forma de resistencia frente al cansancio y la transparencia total. Es el gesto de recuperar lo humano en medio de la presión constante del rendimiento.
Volar es recordar que, aunque estemos rodeados de hilos invisibles, siempre existe la posibilidad de elevarse, aunque sea por un momento. Y en ese instante de ligereza descubrimos una libertad que ninguna circunstancia puede sofocar.
Etiquetas: análisis, comentario, reflexión
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2 apostillas:
Las reflexiones de Byung Chul-Han son oportunas. Vivimos en un mundo en que todos los que participamos en él, nos creemos dueños del escenario y sujetos de nuestras propias vidas. Creemos que escribimos el guion de estas y la filosofía de época nos ha convertido en héroes que pueden elegir totalmente su identidad desde sexual a ideológica. Sin duda, si todos somos libres, si todos somos héroes, si todos somos guapos, si todos somos especiales, no hay nadie que no lo sea. Es la contradicción que alienta el momento filosófico y woke de nuestro tiempo. Chul-Han sugiere que no somos tan libres, que nos explotamos a nosotros mismos, siendo piezas del sistema que se aprovecha de nuestra sensación de libertad. Y aspira a que podemos liberarnos parcial o totalmente de dicho condicionamiento. Veo dos planteamientos radicalmente complementarios, el woke del espacio donde escribo y el de Chul-Han que reafirma la libertad. No son tan contrarios. Si acaso matices pero en el fondo no hay gran diferencia entre la creencia en la libre determinación del individuo en todos los casos y la aspiración del filósofo, Príncipe de Asturias este año, Byung Chul-Han.
Caminamos dentro de esa red creyendo que es la única manera posible de habitar el mundo.
Cierto. Totalmente de acuerdo con estas ataduras que convierten en una disfrazada libertad para que no nos sintamos tan oprimidos. Lo estamos y lo somos. Pero es verdad que hay pequeñas grietas por las que podemos escapar al menos por unos instantes.
Estamos al servicio de unos cuantos que también son y están oprimidos.
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