El viejo sabio

14.1.24


Cada día ofrecía una lección magistral desde la cima de la montaña. Desde allí lo escuchaban atentos los amaneceres, los cielos rojos, el viento, las nubes y el mar calmo. Si les faltaban sus palabras cambiaban a fieros.




1 apostillas:

Albada Dos dijo...

Un público especial. Seguro