Inamovibles
8.7.21
Antes la mayoría de la gente vivía en la ignorancia, ahora vive en la amargura de saber y no poder cambiar nada.
Etiquetas: aforismo, amargura, cambio, ignorancia
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
4 apostillas:
¿Tenía o no tenía razón Eclesiastés cuando decía que quien añade sabiduría añade dolor...? Una constatación constante desde la aparición del lenguaje...
¡Diablos, que no lo entiendo! Desde el Renacimiento hasta este siglo XXI hemos vivido innumerables revoluciones culturales, científicas, tecnológicas, sexuales, filosóficas, existenciales, sanitarias, domésticas, artísticas y literarias, de género... hemos incorporado el relativismo y pronto lo cuántico, el transhumanismo... No son revoluciones que transformen al ser humano lo que faltan, todo ha cambiado en el transcurso de nuestra vida, yo soy -todos somos- profundamente diferentes... Pienso en si en esa amargura de saber y no poder cambiar nada no latirá en el fondo un deseo de cambiar la esencia de la naturaleza humana de raíz religiosa. Las religiones han tratado de transformar sin demasiado éxito dicha naturaleza humana, lo intentó - y sigue intentando- trágicamente el comunismo, el anarquismo, el existencialismo... pero el ser humano se resiste a cambiar sus códigos antropológicos y biológicos, aunque ahora se nos dice que el sexo es en realidad una elección caprichosa no un imperativo genético y biológico... No obstante, siento que en las utopías que exigen cambiar al ser humano para hacerlo mejor, hay una cierta ingenuidad que puede llegar a ser muy peligrosa.
Sí. No lo hicimos mejor que Adán y Eva
Lo has clavado.
Un saludo.
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