Quien escribe se enamora de las palabras. Lo siguiente es que las palabras le correspondan.
Complicidades
16.4.21
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Quien escribe se enamora de las palabras. Lo siguiente es que las palabras le correspondan.
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
3 apostillas:
Lo que pasa es que las palabras son muy clasistas, ahí donde se las ve..., y no admiten según qué compañías...
Es una gran verdad. No es escritor quien quiere sino quien puede. El lenguaje, la creatividad, la imaginación, el estilo, hay que trabajarlos muchísimo pero el trabajo no basta -aunque es imprescindible- hay una cierta predeterminación hacia las palabras.
Lo peor no es que no seas correspondido. Lo peor es que a veces te odian.
Publicar un comentario