Prédica cervantina

3.3.15



—Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.
—No es a usted solo, don Miguel, a quien le pasa eso.
—No sea siempre riguroso ni siempre blando y escoge el medio entre estos dos extremos; que en ello está el punto de la discreción.
—Ya lo intento. 
—Y recuerda: para dar y tener, seso es menester.
—Y más en estos tiempos que dan miedo.
—Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
—Se debe, sí, más caer en la necedad.
—Quien necio es en su villa, necio es en Castilla.
—Le oigo con atención.
—Se lento con la lengua y rápido con el ojo.
—Su consejo recojo.
—Se breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
—Aplicado seré en ello.
—La hermosura que se acompaña con la honestidad es hermosura, y la que no, no es más que un buen parecer.
—Porque no hay que distanciar la ética de la estética.
—Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos más aventajados.
—Completamente de acuerdo, porque en ellos crecemos y no menguamos.
—Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos.
—Y este es un tiempo de acción y no de palabras.




1 apostillas:

Juan Poz dijo...

Trigo, antes bien...