Enseñantes

28.1.15



¿El que puede hace y el que no enseña?



2 apostillas:

Juan Poz dijo...

Enseñar es un hacer delicado, de orfebrería, y no todo el mundo está capacitado para él.

Joselu dijo...

En cierta manera, los que enseñamos -mal o bien, que de todo hay un poco- somos los inútiles para otros menesteres. Yo hubiera querido ser periodista: era mi ilusión desde siempre. Pero no pudo ser: fui profesor, actividad en que, debido a mi total descreimiento en mi misión salvífica, he logrado tal vez momentos estelares -o yo los imaginé así, que de todo hay-. En la Opera de Pekín los que enseña, he leído, son los que ha fracasado en el arte del bel canto. O los profes que enseñan teatro son los que no han podido vivir de ello. Ser profesor puede representar una vocación definitiva pero también un modo de vida alternativo al no haber conseguido -por mil y una razones- un lugar en el arte o ciencia original. Vamos, creo yo. Yo nunca había tenido vocación de profesor, y ya ves. Uno acaba donde menos se lo espera.