Espejo

16.1.15



Decía el filósofo Cleanto de Aso que «a menudo pensamos en otras angustias que no son aquellas que verdaderamente nos atormentan. Nuestra felicidad radica en evadirnos de la verdad que engendramos. Esa es nuestra gran proeza y nuestra gran miseria: escapar de los que somos y nos esclaviza». También, con frecuencia, me pregunto si soy un prófugo de mi verdad persiguiéndose en las sombras.



2 apostillas:

María dijo...

Pura técnica de supervivencia, nada más efectivo para olvidar un dolor que generar otro... los caballos como son muy sensibles a la anestesia y les supone mucho riesgo, para que dejen coserse heridas en vivo en las patas, se le retuerce la oreja y quedan absolutamente inmóviles;-)

.. creo que es menos agotador aceptar lo que somos que correr eternamente girando al rededor de la trenza no queriendo ser comos como los chinos:-)
Muchos besos y buenas noches!

María dijo...

jaja me ha quedado rarísimo lo de los chinos jaja es de un cuento.. pero mejor otro día, perdón!