Neolengua

23.5.13



Basado en una definición orwelliana, la neolengua es una función modeladora del poder sobre las mentes que escuchan.

En la memoria de todos está ese 'daño colateral' para eufemizar a las inocentes víctimas civiles de las operaciones militares y ahora, en plena depresión económica, los términos más presentes tienen con la crisis.

Así, para un rescate bancario se suele oír eso de 'préstamo favorable'; si quieren que se repague un medicamento usan 'copago'; la maldita crisis económica es una 'desaceleración de la economía'; y un desahucio son 'los efectos previstos en la normativa'.

Entre los eufemismos más populares están 'la indemnización en diferido' para el "fraude a la Seguridad Social en la contratación laboral para la obtención de prestaciones", o llamar 'observaciones no esenciales' a las críticas.

Hasta la misma Esperanza Aguirre pide a Wert acabar con la "neolengua de ideólogos socialistas", y que "a las asignaturas se les llame asignaturas, a los planes de estudio planes de estudio, a la geografía, geografía, a la historia, historia, a las oposiciones que se les llame oposiciones, a los aprobados, aprobados, a los suspensos, suspensos y a los exámenes, exámenes".

Y eso que practicamos una lengua que, según Carlos V, servía para hablar con dios y el poder quiere convertir en un código críptico.



1 apostillas:

Juan Poz dijo...

La heroica resistencia de los hablantes frente a las neolenguas es tradicional y reconfortante. El humor popular siempre ha hecho astillas ese parquet señorial...