—Mucho meneo en la Educación, señor Frato.
―En la institución escolar no ha cambiado nada porque se ha dejado completamente al margen de este proceso de transformación a los profesores.
―Y las consecuencias posteriores.
―La escuela no cambia, continúa siendo de complemento, permanece la selección aunque desplazada hacia los niveles superiores, los institutos, las universidades y el trabajo; sube el porcentaje de analfabetismo funcional, es decir, el número de los que nunca utilizan los instrumentos culturales más elementales propuestos por la escuela: la lectura y la escritura.
—¿Puede que ahí radique parte de su fracaso?
—Paradójicamente, podríamos afirmar que tienen éxito en la escuela los que no la necesitan. La escuela, que debería contribuir a introducir la igualdad entre los ciudadanos, por el contrario alimenta las diferencias.
―Siempre ha dado lugar a la controversia.
—Nuestra escuela hoy vive prácticamente en la 'ilegalidad', en la incapacidad de aplicar sus propias normativas y con el temor de que aparezcan otras nuevas, aún más avanzadas.
—Vienen más cambios.
―Una reforma real de la escuela debería nacer de los que trabajan en ella, como exigencia de nuevos niveles profesionales, para la construcción de los cuales deberían utilizarse todas las energías actualmente disponibles.
—Me parece que cuentan poco.
—El profesor no es el saber sino el mediador del saber.
―Que no encuentra respaldo.
—La escuela asume el papel de entidad educativa por antonomasia, amplía su duración y multiplica objetivos y actuaciones. Las familias piden a la escuela que dé más y que compense las deficiencias familiares y sociales. La escuela se convierte es un lugar de sociabilización, de recuperación, de terapia...
—Debe ser por eso tanto control.
—La escuela disfruta de la diversidad. Los puntos de vista distintos constituyen el motor indispensable de la acción educativa: ponen de manifiesto contrastes o contradicciones, solicitan comparaciones progresivas y profundizaciones posteriores.
—Y ser un indicador.
―La escuela debe ser capaz de leer la realidad concreta que rodea al niño. La geografía es la de su barrio; la historia, la de su familia.
15-M:«
No quiero ir en la chepa de mi padre hasta los 30»
«La plaga de la humanidad es el miedo y el rechazo de la diversidad: el monoteísmo, la monarquía, la monogamia. La creencia de que sólo hay una manera correcta de vivir, sólo una forma de regular el derecho religioso, político, sexual, es la causa fundamental de la mayor amenaza para el ser humano: los miembros de su propia especie, empeñados en asegurar su salvación, seguridad y cordura.» Thomas Szasz
1 apostillas:
¡Qué terribles geografía e historia, entonces! La escuela es cárcel, sin duda, pero si la última propuesta se hiciera realidad la convertíamos en sala legal de tortura. La escuela ha de llevarnos más allá de nosotros mismos para, en visión inversa, comprendernos objetivamente desde fuera y valorarnos como debemos.
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