—Los del quince eme están chalados.
15-M:« La democracia, lucha diaria »
Los medios de comunicación son los constructores ideológicos de la realidad virtual.
Jean Baudrillard, sociólogo.
Etiquetas: aforismo dialógico
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
2 apostillas:
Me parece excesiva la comparación. En D.Quijote hay un juego irónico, que incluye la parodia de sí mismo, que escasea en los del 15-M, bastante más sanchopancescos que quijotesos, a mi entender.
Pero no olvidemos, Paco, que lo que domina en definitiva en don Quijote es la amargura como correlato de la vida. Los del 15-M tal vez, en efecto, han salido a luchar contra gigantes y endriagos (el sistema financiero internacional, la degradación de la política, la falta de representatividad de los sistemas electorales, el poder de la banca…). Uno no puede dejar de estar en consonancia con ese espíritu idealista que impulsó al héroe a dejar su casa frisando los cincuenta (como tantos del 15-M, de hecho se ha llegado a decir que ha sido una revuelta más de los maduritos que de los jóvenes) a buscar aventuras enfrentándose a poderes manipulados por los encantadores.
Juan Poz hace una lectura alejada de la que entendió el romanticismo que veía al héroe como encarnación del idealismo. Probablemente, Juan Poz sea más cercano a la lectura pragmática y estrictamente literaria como juego de espejos en un artefacto barroco. Pero no hay que descartar la visión romántica que es a la que tú aludes, sabiendo tal vez que su desenlace sea la amargura en que desembocan todos los sueños. Que no sea así. Pero el 20-N tendremos una buena dosis de realidad…
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