—Los niños de ahora, a diferencia de épocas pasadas, están embebidos de la vida privada de los adultos y de sus conflictos.
—¿Y por qué habría que apartarlos de esa información?
—¿Para alargar la inocencia, quizás?
—¿No es eso como aplazar que conozcan lo que se les viene encima?
6 apostillas:
sí.
Sea como sea... ¿para qué alargar la inocencia?
Pero es verdad que todo debe ir a su tiempo.
Infancia e inocencia, van de la mano.
Con el tiempo morirán ambas, pero tampoco es necesario asesinarlas antes de tiempo.
Creo, yo.
Un beso.
igual no creo en la inocencia de los niños, yo fui niño y desde entonces ya era malicioso y culpable.
La vida privada es irrenunciable, pero, al igual que sucede con la ropa interior, es difícil garantizar su limpieza. Los niños muy pequeños no tienen de eso y uno siente que salen, aunque sea provisonalmente, ganando.
Ninguna otra decisión vital nos retrata mejor, nos define hasta la caña de los huesos, como individuos y como zoones politikones, que escoger una vereda en el dilema que usted plantea.
¿Colgamos el columpio de nuestros hijos en las ramas del árbol de la Vida o del árbol de la Ciencia?
Saludos.
Publicar un comentario