Uno de los divanes analíticos donde Freud tumbaba a sus pacientes fue comprado por madame Blanchard, regente de una reputada casa de citas. Ningún lugar mejor en el mundo como para satisfacer aquellos sueños que fueron malinterpretados.
Psicoanálisis
28.8.07
Uno de los divanes analíticos donde Freud tumbaba a sus pacientes fue comprado por madame Blanchard, regente de una reputada casa de citas. Ningún lugar mejor en el mundo como para satisfacer aquellos sueños que fueron malinterpretados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 apostillas:
Me hubiera gustado tumbarme allí cuando era el propietario Mr.Freud y luego cuando lo fue madame Blanchard.
Supongo que los clientes pagarían extra de morbo...
Si señor, la mejor forma de sacarle partido dobe al diván... o triple, quién sabe.
Tienes el don de la palabra. Se nota. Se lee. Y cada vez que visito tu casa me sorprende comprobar, que por más que escribas, cada día suenas diferente.
Felicidades.
Jajaja. Hacer realidad esos sueños sicalípticos y extremos y extraños... ¿de verdad alguien quiere, a parte de Dalí?
Jajaj, sin duda...
Increible, realmente increible.
Publicar un comentario