Castigo

25.10.06


Pepe llevaba treinta años como almacenista de repuestos de un taller de mecánica. Puntual y aseado cada día acudía a su puesto de trabajo para ejercer su oficio, pero un buen día –para él malo– las cosas cambiaron en la empresa.

Una reestructuración de recursos humanos y técnicos hizo que a Pepe su jefe le pidiera alternar su puesto de almacenista, que con tanta decencia había ejercido, con otras funciones que consideró indignas. Pepe se negó a ello.

A partir de ese momento como castigo Pepe permanecía de pie con los brazos cruzados sin hacer nada durante toda la jornada laboral junto a la puerta del almacén.

Pregunté y me dijeron que era un castigo impuesto por el jefe para que reflexionara sobre su situación. Ahora lo llamarían ‘mobbing’.

3 apostillas:

Nada que Contarte dijo...

Hay muchas clases de "mobbing". A cual peor... yo afortunadamente, en mi trabajo he podido hacer siempre las cosas a mi gusto, y tengo la suerte de no tener a nadie que me diga cómo o cuándo debo hacerlas.

Anónimo dijo...

No tienes idea como me interesa el tema de los abusos de autoridad...

Joselu dijo...

Los que tenemos un trabajo relativamente cómodo ni siquiera sospechamos estos flagrantes abusos que se cometen contra los trabajadores.