El arte de la guerra

9.10.05


En cierta ocasión leí en un viejo tratado sobre la guerra lo siguiente: Nunca trates a un enemigo como tu enemigo –aunque tampoco debes dejar de pensar que lo es–, le darás la ventaja de fortalecer su espíritu. Relaciónate con él de manera que tú aparezcas relajado y amistoso, confundirás sus pensamientos y debilitarás sus convicciones: dudará en atacarte.
Siempre he pensando que una sonrisa desarma al más pintado.

1 apostillas:

Rose Kavalah dijo...

Eso mismo hizo Mandela.