El chico se acercó a la barra del bar y pidió un cubata. La camarera le indicó un cartel.
− ¿Sabes qué pone allí? No puedo servir bebidas alcohólicas a menores de edad.
− Vale, dame un coca cola − pidió el chaval sin inmutarse.
Tras coger su consumición se sentó en una mesa con otros muchachos de su edad y encendió un cigarrillo mientras escuchaba a un humorista que no paraba de hacer chistes sobre cómo consumir toda clase de drogas.
2 apostillas:
La verdad es que somos un pais muy pemisivo en cuanto a la educacion de los jovenes,pero a los que son mas extrictos no les va mejor.......................
Gracias por la visita y el comentario.
Y ya sin entrar a hablar sobre eso de drogas buenas y drogas malas malísimas.
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