¡Que viva España!

8.10.05


Un amigo que viajó recientemente a Dinamarca me cuenta como anécdota que mientras cruzaba por un zona rural vio, junto a unos saquitos de patatas, un tarro de cristal con las monedas que la gente deposita tras llevarse el producto que se expone en mitad del campo. Ese día leo en un diario que el propietario de un bar, aprovechando que le han robado dos máquinas tragaperras termina por robarse él mismo el resto de enseres del establecimiento. Todavía nos diferencia del resto de Europa la tradición picaresca del siglo de oro español.

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