Eximido

10.4.15



El filósofo pitagórico Aristeo de Crotona, proclamó que «la libertad consiste en tomar el máximo de decisiones que afectan a nuestras vidas». Uno es esclavo de sus indeterminaciones más que de sus hechos.



Escribidor

9.4.15



Isak Dinesen escribía un poco cada día «sin esperanza y sin desesperación». Así, como quien se desliza por un suave tobogán de tiempo dispuesto a caer tras un placentero viaje. Dos premisas, las de Dinesen, a tener en cuenta, porque quien nada espera es dueño de todo y quien no desespera es amo de su sosiego. Y es cuando la escritura se convierte en una compañera del camino.



Desquilibrios

8.4.15



¿Los extremos son vicios y la virtud está en medio?



El peso del vacío

7.4.15



—¿Y a usted señora Amiel Lapeyre qué le parece esto del enconamiento humano?
—El hombre no conoce al hombre; de ahí los conflictos que desgarran al mundo.
—Las personas nos desconocemos e ignoramos el modo de encontrar lo mejor de nosotros y del tiempo.
—Cuando la felicidad sale al paso, nunca lleva el hábito con que nosotros pensábamos encontrarla.
—¿Y esa ceguera que nos determina, no es parte de nuestra forma de ser?
—Yo, es una palabra muy pequeña para contener nuestro egoísmo que es tan grande.
—También es pequeña para contener tanto amor.
—El amor que llama al amor no oye muchas veces más que su propio eco.
—Ese eco es un saberse solo ante la nada. 
—Cuanto más vacío está un corazón, más pesa.



Pacificaciones

6.4.15



En el sosiego surge la calma pero lo doloroso es el camino hasta hallarla.



Turbulenta lectura

5.4.15



«La niña se acercó al hombre que leía en el parque y le dijo: señor no le va a gustar el final de esa novela. Y cómo lo sabes, ¿acaso no eres muy pequeña para haberla leído? —le respondió el hombre algo contrariado—. Es verdad —contestó la pequeña—, pero lo sé porque me escapé de ese libro».

La lectura de aquel pasaje la inquietó porque había soñado esa escena la noche anterior. Cerró el libro de golpe y lo no volvió a abrir. Al llegar a casa lo guardó en la biblioteca y se puso a escribir lo que le había ocurrido. Comenzó su relato desde su infancia cuando un hombre leía un libro en un parque.



Enfermedad mortal

4.4.15



César Vallejo escribió: «yo nací un día que Dios estuvo enfermo». Tuvo suerte, el día que nací yo ya estaba muerto.



Pasajeros

3.4.15



El poeta griego Antípatro de Sidón desde su vetustez señaló: «la herida de vida no es el tiempo que pasa, es que aquello que pasó no vuelve». Será que somos pasajeros de la nave que nos lleva a ninguna parte.



Inteligencias

2.4.15



Raymond Kurzweil, inventor y empresario estadounidense afirma que «cuando las computadoras igualen la capacidad de cálculo del cerebro humano, necesariamente lo superarán». ¿Habremos sucumbido entonces a las máquinas? ¿Nos doblegaremos ante tal progreso? Aunque lo más preocupante y que sí me inquieta no es eso. El punto de no retorno será cuando las máquinas habiten en nosotros y no sepamos qué parte de humanidad y de cíborg es la que decide, si se cumple la profecía de Kurzweil y «habrá seres humanos con minirrobots en el cerebro».



Fatalidades

1.4.15


¿Cuándo el mejor momento es la peor de las circunstancias estamos definitivamente perdidos?



Palabras por la primavera

31.3.15



—Confía en los que se esfuerzan por ser amados; duda de los que solo procuran parecer amables.
—La duda que conmueve señor Lepardi.
—En todos los climas, bajo todos los cielos, la felicidad siempre está en otra parte.
—Rimbaud decía que la verdadera vida está ausente, que es un equivalente.
—La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo.
—Los antihéroes también.
—Los antepasados son lo más importante para quien no ha hecho nada.
—Y para quien nada tiene  por hacer.
—Los niños hallan el todo en la nada; los hombres, la nada en el todo.
—La nada es el material del que somos fabricados.
—No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo.
—Es lo más paralizante.
—Para la felicidad son menos nefastos los males que el aburrimiento.
—El tedio también nos gangrena.
—No hay nada más raro en el mundo que una persona a la que siempre podamos tolerar.
—Es más normal el respeto.
—Cada uno es tan infeliz como cree.
—No lo dudo.



Desfiles

30.3.15



Un credo no es más que el entusiasmo de la sinrazón. Acogidos en él salen a militar las calles miles de criaturas.



La loba feroz

29.3.15



Caperucita era una mujer loba y el lobo un pobre hombre a quien ella había mordido. Por eso el cuento no podía acabar bien.



Utilitaristas

28.3.15



Pierre Hadot afirmaba: «Y es precisamente tarea de la filosofía el revelar a los hombres la utilidad de lo inútil o, si se quiere, enseñarles a diferenciar entre dos sentidos diferentes de la palabra utilidad». Toda la vida sintiendo que lo inútil puede tener una utilidad, hasta que te das cuenta que es tan inútil como la utilidad.



Sosiego

27.3.15



La filósofa Arignote de Crotona plantó una semilla y miró al cielo, luego dijo: «la lluvia de la serenidad hará florecer su alma». Es la angustia la que seca el espíritu humano hasta hacerlo infecundo, y por eso se hace tan necesario humedecernos de estoicismo ante la adversidad.



Oficio de escritor

26.3.15



No tener otro horizonte que el blanco del papel o la pantalla vacía durante muchos años, durante casi toda la vida, no produce angustia, ni tensión, aunque pasado el tiempo surge el interrogante de qué sentido tiene empujar las palabras, una tras otra, hasta crear una ingeniería escritural con la que contar pensamientos e historias. Es la sensación de que todo lo escrito ni tiene validez ni vale como argumento para continuar escribiendo. Saberse inútil forma parte de este oficio que para nada tiene beneficio ni satisfacción. Saberse decepcionado porque de la hoguera de la autocrítica nada se salva.



Justicia

25.3.15



¿Aquello que tenemos es lo que nos merecemos?



Pensamientos despeinados

24.3.15



—Cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable.
—¿Puedo ahogarme con tranquilidad?
—La ignorancia humana no permanece detrás de la ciencia, crece tan rápidamente como ésta.
—Por eso nos va como nos va.
—La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma.
—Incluida la de uno mismo.
—El progreso de la medicina nos depara el fin de aquella época liberal en la que el hombre aún podía morirse de lo que quería.
—Ahora todo es más  complicado. Incluso morirse.
—Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
—Y cuando llores de pena ten a mano un pañuelo.
—Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.
—Esos son iguales ante sí mismos. Lo cual es penoso.
—Tenía la conciencia limpia; no la usaba nunca.
—Si era así es porque tenía sucio el corazón.
—Un Estado policial no sólo está habitado por policías.
—Entonces el nuestro debe ser un Estado político, porque abundan mucho los políticos.
—Muchos que quisieron traer luz, fueron colgados de un farol.
—Otros quisieron traer sabiduría y fueron encerrados en los libros.
—En la batalla de las ideas muere la gente.
—También se muere la gente por no tener idea.
—Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca.
—Y para hacerse callar también, señor Lec.



Anomalías

23.3.15



El tedio es la insipidez de la existencia.



Náufrago

22.3.15



Lanzó al mar un mensaje en una botella pero nadie le respondió. En el cristal se podía leer ‘envase no retornable’.