¿Quién alimenta a los monstruos?

10.10.23



Lo descomunal por desproporcionado, lo extraño por inusual, lo diferente a lo común o corriente, ejerce sobre el ser humano una incontenible atracción. Asomarse a aquello que nos produce espanto por su monstruosidad se convierte en una fuerza irresistible y tentadora.

Las redes sociales y algunos medios de comunicación narran historias de personajes que son capaces de hacer con sus cuerpos y sus vidas cosas que nos producen un asombrado rechazo y un maravillado repudio, desde tatuarse totalmente de negro hasta amputar partes de su anatomía.

Si nadie mirara sus fotos y nadie siguiera sus testimonios, estos engendros humanos permanecerían en el anonimato. Pero con el morbo de la gente el monstruo continúa creciendo y lo hará hasta su extinción, momento que será sustituido por otro.




4 apostillas:

Albada Dos dijo...

Es curioso, pero esos programas o lo que sea se nutren de esas visualizaciones.

Un abrazo

María dijo...

Cierto, aunque más allá de las redes y sus desfases, quien se destroza el cuerpo para llamar la atención, tiene un problema dentro, fuera lo tenemos los demás, por seguir este tipo de cosas.


Beso!

Joselu dijo...

Lo negativo suele atraer más que lo positivo, es un sesgo cognitivo inevitable y que las redes sociales acentúan. Hace unos meses una mujer joven, enferma de un cáncer muy agresivo, fue centro de las redes sociales hasta que murió rodeada de una atmósfera de resistencia y lucha contra la enfermedad. Pero lo que atraía era dual: su enfermedad y el combate contra ella, sin ese morbo añadido, no hubiera tenido tanto éxito.

Bubo dijo...

Tontos hemos tenido siempre. Ahora se les dá pávulo. Pero al final... Lo que quieras darle.