El lector voraz

24.9.23



Cada día se desayunaba un libro de poemas, almorzaba alguna novela con un ensayo de postre y para que la cena fuera ligera deglutía unos aforismos. El día que se comió El Quijote y Ulises de una tacada, cogió una indigestión.




2 apostillas:

Joselu dijo...

Tendrá que hacer dieta durante unas semanas sin leer nada más que el BOE para desayunar, comer y cenar.

José A. García dijo...

Y ni que hablar cuando lo intentó con "La guerra y la paz"...

Saludos!
J.