Ahínco

17.6.17



Cada día se dejaba la piel en su trabajo. Y cada mañana, cuando regresaba, se la enfundaba otra vez.




2 apostillas:

mailconraul dijo...

También: guardaba la piel en casa y se enfundaba el esfuerzo de otros, bien pagado por no hacer nada...

Juan Poz dijo...

Seguro que de ese cuento tiene Cronenberg el copyright...