Moralidades actuales

6.7.16



—Señor Barrett, qué es la civilización para usted.
—La civilización no consiste en exportar mucho, ni en caminar de prisa, ni en escribir con ortografía. Consiste en la dulzura de las costumbres, en el amor y en la tolerancia, en la elevación nativa de los sentimientos y de las ideas.
—¿Y el mal?
—No debemos juzgar su mal, debemos curarlo.
—Eso se empieza trabajando en la escuela.
—En la escuela hay que adquirir el hábito de no mentir y de atender a las molestias y a los sufrimientos del prójimo. Hay que salir de ella verídico, compasivo y cortés. Esto es lo importante. Y de lo que nadie se ocupa.
—Malas pedagogías.
—¿Para qué convertir a los niños en malos fonógrafos, para qué profanar su tierna inteligencia? Basta excitar su curiosidad libre, mantener la elasticidad de su ingenio nativo, tan fácilmente asfixiado bajo las idiotas lecciones de texto; basta conservar el juego de su salud mental.
—La enseñanza se basa en racionamientos.
—No es la razón, más o menos amueblada, sino la voluntad lo que hace marchar al mundo.
—Un mundo desigual.
—La prosperidad social exige iguales condiciones.
—Cómo llegar hasta ahí.
—Dichoso el día en que ni la fortuna ni la miseria se hereden.



2 apostillas:

Joselu dijo...

Leo estos días libros sobre la cultura india y advierto que toda la sociedad india dota de una formación moral y religiosa a los niños que se forman en ella. Es la familia, es el entorno, son los amigos, es la escuela, son las tradiciones, es la religión tolerante en que viven insertos. Pensar que es la escuela la formadora de valores si está en contradicción con todo lo que le rodea es no comprender el proceso educativo. Los padres en general hemos perdido en buena parte el norte educativo, confusos, la sociedad no forma, los entornos con confusos y contradictorios, la dimensión religiosa no existe, y de ahí salen jóvenes confusos en cuanto a sus valores. Al ser hipercríticos con todo lo que significa valores tradicionales, revisionistas respecto a "algunos" aspectos culturales... el resultado es altamente inestable. Individuos frágiles, inmaduros, carentes de formación moral y social. Son reflexioens que me vienen leyendo sobre la enorme sofisticación de la cultura india (tal vez hindú). En mi próximo viaje a India quiero experimentar qué es estar sumergido en una sociedad religiosa hasta la médula (y a la vez enormemente tolerante), joven (hay centenares de millones de niños y jóvenes, no como en Europa en que la sociedad está envejecida), ritual, que acepta la muerte sin espasmos, que tiene un equilibrio emocional muy superior al occidental, que en conjunto se plantea la armonía del ser con el universo... Y ruidosa, muy ruidosa.

Recomenzar dijo...

Me ha encantado leerte De casualidad me metí en vos
gracias por compartir tus letras
Abrazo con luz