Caminata por zonas erróneas

23.12.15



—No sé, señor Dyer, a esto de elevarme la moral no le veo el truco ni la finalidad.
—Cuando bailas, tu objetivo no es ir a un lugar determinado de la pista. Es disfrutar cada paso del camino.
—Vale, pero sigo sin creérmelo. 
—Somos aquello en lo que creemos.
—Entonces, yo no soy nada.
—Toda regla tiene su excepción, incluso ésta.
—Yo no soy una regla.
—Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades.
—Si quiere me puedo hasta rezar pero tengo muy pocas posibilidades de llegar a mucho.
—La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que otras personas optan por la locura.
—Prefiero la locura frente a la realización personal.
—El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho.
—Me gusta el caos y la espontaneidad.
—Hay una voz en el Universo que nos insta a recordar nuestro propósito de estar en esta gran tierra. Esta es la voz de la inspiración, que está dentro de cada uno de nosotros.
—Aquí estamos más bien por un despropósito.
—Hay una gran mentira, y es decir que somos limitados. Los únicos límites que tenemos son los límites que creemos.
—Y una gran verdad: somos seres limitados.
—No te sientas espiritual, sé espiritual.
—No me diga como tengo que ser, me está enfadando.
—La ira es una elección y un hábito. Es una reacción aprendida ante la frustración y a resultas de la cual te comportas como preferirías no hacerlo. De hecho, la ira profunda es una forma de locura. Se es loco cuando no se puede controlar el propio comportamiento. Así pues, cuando estás enfadado y pierdes el control, sufres una locura temporal.
—Seré un loco a tiempo parcial.



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