Bajo el cerezo

30.7.13



―Los cerezos este año florecieron antes como si tuvieran ganas de amar su fruto.
―Es el amor lo que crea la vida. La vida no puede sostenerse sin amor.
―Difícil saber qué es el amor.
―Amar es reconocer a los otros y tomarlos en consideración en todas las circunstancias de la vida.
―Eso nos ayuda a situarnos en el mundo.
―El amor fluye de la certera visión de la realidad tal cual es, y es también el amor lo que nos hace sentirnos responsables -individual y colectivamente- de todas las cosas, buenas o malas, que ocurren en nuestra comunidad humana.
―Somos esa colmena global.
―El mundo es una gran familia, y nosotros, todos nosotros, somos sus miembros.
―Sí, pero tantas veces, mal avenida.
―El amor todo lo abarca y todo lo perdona; es un disolvente universal, un agente vivaz e infinitamente creador.
―Hay quien opina que es un estado de cegura.
―Lo que es ciego no es el amor, sino el poder, pues éste se revela absolutamente incapaz a la hora de comprender que su existencia depende de algo distinto a sí mismo.
―Más que ciego el poder tiene ojo de cíclope, tienen una mirada monstruosa.
―Quienes están embriagados de poder son ineptos para percibir que el poder es enceguecedor y que su horizonte interior es cada vez más estrecho.
―Será por eso que lo usan a golpes.
―El uso del poder es siempre susceptible de ser arbitrario, despótico y alienante.
―Siempre es un placer hablar con usted señor Suzuki. Volveré, quizás, cuando los cerezos tengan fruto.




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