Nadadores

26.4.13



«Bañarse en aguas tranquilas es placentero, incluso dejarse arrastrar por la corriente. En cambio, lo que fortalece el espíritu y te hace sobrevivir es nadar contracorriente», enseñó el maestro pirrónico Enesidemo de Cnossos. No sé, la extenuación llegará y habrá que abandonarse en algún momento.



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