Apagada la luz
11.4.13
Escribir es un misterio donde cuanto más se escribe menos se desentraña. Fabularse a uno mismo al tiempo que se fabula la realidad del mundo para que alguien, despegado a ti, pueda leer, entender, disfrutar o torturase con estas palabras. A qué se da uno, adónde va en esta singular singladura.
Nada de recompensas; ni aplauso, ni reconocimiento, ni narcótica creación.
El arte por el arte puede ser un supremo dislate. Adicción a las palabras. Tal vez belleza. Humanidad. O ya tan solo sea una costumbre. El hábito de quien está perdido en el laberinto y se ha transformado en el propio minotauro.
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2 apostillas:
Bordado con hilo de Ariadna, esa mentirosa...
saberse minotauro
y embestir
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