Consuelo

9.8.05




Me la encuentro pasado un tiempo tras el accidente de tráfico que acabó con la vida de su joven hijo. Nos saludamos con la mirada porque hay momentos donde sobran las palabras.
−Una pierde a los seres queridos pero no debe perder lo que sentía hacia ellos −me confiesa casi con lágrimas en los ojos−. Cada mañana hago cosas que sé que a él le gustaba verme hacer, no sé algo como sonreír, cocinar, dar largos paseos…
Después hay un silencio.
-Mi corazón ahora es un vaso de agua y su recuerdo como una bolsita de té que mojó para que me impregne de su presencia.



1 apostillas:

Anónimo dijo...

que bonito relato Fm.
La verdad es que aunque inevitablemente el tiempo te hace olvidar muchas cosas, otras permanecen, igual que esa bolsita de té, impregnando nuestra vida. Configurándonos a nosotros mismos.

Un beso!! :)